Noviembre llega con sabor a mariposa sin alas,
con viento helado en la comisura de unos labios,
con tiernos gestos de unas manos
que ya están sólo en la memoria...
Noviembre esparce mil sabores amargos
y despereza cona agrio tacto
el roce de una mirada
que se difuminó con el viento allá a lo lejos...
Noviembre siempre tan distinto...
eco de un gélido aliento
que congela el alma,
olvidarte quiero
y sin embargo
te sigo soñando
cuando a hurtadillas
te me cuelas en mis madrugadas...
¡Olvidarte quiero
porque se me sigue partiendo en dos al alma
seguir queriéndote tanto
y no tenerte a mi lado!
lunes, 17 de noviembre de 2008
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